La deshidratación disminuye el rendimiento en todos los deportes, siendo inevitable cierto grado de deshidratación en actividades de resistencia aeróbica. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Logan-Sprenger y col, 2013; Int J Sport Nutr Exerc Metab 23: 220-9) en el que valoraron los efectos metabólicos de una deshidratación media (1,8-2,7%) durante una sesión de ciclismo de 120 min (65% VO2pico), realizada con y sin rehidratación. Se obtuvieron muestras de sangre y se realizaron biopsias musculares durante la sesión. Los resultados mostraron mayor frecuencia cardiaca, RPE, temperatura corporal y lactato sanguíneo, en estado deshidratado. Además, la glucogenolisis fue hasta un 24% mayor en estado deshidratado.
El estudio muestra un argumento más para ser extremadamente cuidadosos con una adecuada re-hidratación tanto en entrenamientos como en competición en actividades de resistencia aeróbica. Entrenar o competir deshidratados conlleva un mayor gasto de hidratos de carbono, lo que inevitablemente llevará a un descenso del rendimiento a largo plazo.