Las cinco clasificaciones fueron hechas según hábitos de vida saludable y el nivel de limitaciones que se enfrentan, analizando también sus preferencias y motivaciones. De acuerdo a los resultados, sólo el 47% de los chilenos tiene horarios establecidos para las comidas diarias.
Chile se ubica en el cuarto lugar entre los países con mayor prevalencia de obesidad, después de EE.UU., México y Nueva Zelanda.
Indecisos, resignados, esforzados, culposos o motivados. Esas son los cinco perfiles de los chilenos según la primera radiografía a la alimentación y los hábitos saludables de nuestra población. El Estudio Chile Saludable es un esfuerzo conjunto de la Fundación Chile, Fundación de la Familia, Elige Vivir Sano y Collect GFK, que por primera vez establecieron una alianza estratégica para levantar información inexistente hasta hoy y desarrollar nuevos contenidos en torno a los hábitos, estilos de vida y alimentación de la población, tendientes a responder al desafío de combatir la obesidad en el país.
Según el estudio, Chile se ubica en el cuarto lugar entre los países con mayor prevalencia de obesidad, después de EE.UU., México y Nueva Zelanda, con un 67% de chilenos con exceso de peso, de los cuales un 25% de ellos son obesos. Dentro de las barreras más relevantes para llevar una vida saludable, se encuentra el alto grado de estrés, la gran cantidad de horas que los chilenos dedican a ver televisión y el sedentarismo.
Por primera vez, el análisis levantó cinco perfiles psicográficos relacionados con los principales hábitos y barreras que limitan la realización de una vida saludable, abandonando la segmentación socioeconómica que hoy pierde relevancia ante este problema transversal. De manera complementaria, se analizó el tamaño del mercado de alimentos saludables en Chile y se contrastaron las tendencias del país respecto de Estados Unidos, Unión Europea y Asia Pacífico.
Los grupos resultados son: Resignado (12,3%), que se caracterizan por no tener ningún tipo de hábito alimenticio y tienen grandes barreras para ser saludables; Esforzado (9,7%), con muy buenos hábitos pero múltiples barreras que pueden impedir que los cumplan; Culposo (32%), que se caracterizan por no tener ningún tipo de hábito alimenticio, sin embargo, no tienen limitaciones; Motivado (27%), con buenos hábitos alimenticios y sin limitaciones para llevarlos a cabo; y el Indeciso (19%), que no pertenece a ninguno de los grupos anteriores.
La Primera Dama, Cecilia Morel, que lidera el programa Elige Vivir Sano, señaló que “la elaboración de estos perfiles es muy valiosa porque para hacer cambios de hábito es importante conocerse. Chile tiene preocupantes índices de obesidad y sedentarismo, pero la buena noticia es que está en nuestras manos hacernos cargo de nuestra propia salud y mejorar esas cifras. Por eso esto nos puede ayudar a reconocernos y modificar lo que debamos modificar”.
ENFERMEDADES DERIVADAS
Diversos estudios señalan que la obesidad es un problema de la salud pública en Chile y en varios países del mundo, lo que se traduce finalmente en altos costos sociales y económicos. La especial preocupación por detener el aumento de la obesidad en la población es justamente para evitar el riesgo de desarrollar enfermedades derivadas, que deterioran la salud y calidad de vida de las personas.
El problema de sobrepeso se agrava al considerar que sólo un 49% de los chilenos siente que lo tiene, mientras que las cifras que entrega el Ministerio de Salud es de un 67%. Además, existe una inconsecuencia en el discurso sobre nuestros intereses y actividades: un 61% de los chilenos declara interés por el bienestar, la vida sana y el ejercicio físico, sin embargo, un 63% es totalmente sedentario, a tal nivel que declara no practicar ningún tipo de actividad física, ni siquiera una vez a la semana y solo el 47% tiene horarios establecidos para las comidas diarias.
El informe destaca que la cultura alimentaria de los chilenos hoy está lejos de cumplir con los requerimientos nutricionales que recomienda el Ministerio de Salud. De acuerdo a las recomendaciones nutricionales, sólo un 21% las cumple en materia de lácteos, un 50% en relación a frutas y verduras, un 24% en cuanto a legumbres, y un 17% en lo que respecta a pescados. En este sentido, la industria de alimentos está llamada a hacerse cargo de este problema país, tomando una actitud auto regulatoria, reformulando sus productos, asegurando el acceso de productos más saludables a toda la población, mejorando la rotulación, y asegurando la sustentabilidad de la industria.
“La solución para fomentar una vida saludable en Chile requiere de la acción conjunta de muchos actores públicos y privados. Las cifras son alarmantes, por lo que debemos hacernos cargo de la gravedad de la obesidad como un desafío país”, expresó Andrés Barros, gerente del área Alimentos y Biotecnología de Fundación Chile.
El experto enfatizó que “resolver el problema de la obesidad en Chile requiere de una estrategia que va más allá de asegurar la disponibilidad de alimentos saludables en el mercado. El gran desafío para llegar a construir un Chile Saludable consiste en generar un cambio de mentalidad en la población que permita integrar hábitos saludables a lo cotidiano y de forma permanente, tales como tener un buen dormir, cambiar la forma de alimentarnos, aumentar la actividad física regular y otros aspectos que contribuyen al bienestar como la vida familiar, una buena relación de pareja, entre otros.”
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