28 de octubre de 2012

Actividad física mejora capacidad intelectual de niños y adolescentes

Más de 14 estudios muestran que aquellos que se ejercitan exhiben un mayor rendimiento académico.

Hipertensión, diabetes, obesidad y hasta depresión son algunos de los males que registran mejorías gracias a la actividad física. No son los únicos. Un nuevo estudio confirma que los niños y adolescentes que practican ejercicio físico en forma regular mejoran su capacidad intelectual y exhiben un mayor rendimiento escolar que quienes no lo hacen.
La investigación incluyó la revisión de 14 estudios, 12 de ellos realizados en Estados Unidos, uno en Canadá y otro en el sur de Africa, con muestras de hasta 12 mil estudiantes, de seis a 18 años. Algunos de los estudios hicieron seguimiento de más de cinco años a los niños, confirmando los beneficios del ejercicio en los cerebros infantiles, según publica la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.
Los expertos, del Centro Médico de la Universidad de Vrije, en Amsterdam, dicen que las razones de este mejoramiento cognitivo se explican por varias vías biológicas: la actividad física provoca un aumento en el flujo de la sangre que llega al cerebro, lo que permite mejorar la oxigenación de este órgano, crucial para su buena salud.
Además, aumenta los factores de crecimiento, que son los que favorecen la creación de nuevas neuronas, y potencia la plasticidad sináptica del cerebro (capacidad para hacer conexiones nerviosas), lo que es muy importante en esta etapa de la vida. Esto, porque entre los 12 y 20 años, el cerebro todavía está en proceso de maduración, por lo que mientras más nuevas redes y conexiones neuronales se creen en esa etapa, más capacidad cognitiva tendrá esa persona. No es todo: los científicos indican que el ejercicio físico también incrementa dos neurotransmisores (noradrenalina y endorfinas), que disminuyen el estrés y mejoran el estado de ánimo, ambos considerados cruciales a la hora de lograr un mejor aprendizaje.

Plasticidad cerebral
Pedro Maldonado, neurocientista y académico del Instituto de Ciencias Biomédicas de la U. de Chile, dice que en la niñez y la adolescencia, la plasticidad neuronal se ve beneficiada con el ejercicio porque “éste libera factores de crecimiento, es decir, moléculas químicas que ayudan al funcionamiento de las neuronas y de sus redes, impactando profundamente en los cerebros de los menores y en su aprendizaje”, dice.
También destaca la disminución del estrés para mejorar aspectos cognitivos. “El estrés es una respuesta de defensa del organismo frente a un peligro potencial. Cuando un niño está sometido a estrés, su cerebro está pendiente de otras conductas de defensa, como arrancar o estar atento a otros elementos del medioambiente. No a aprender o a trabajar la creatividad”, explica. Por lo mismo, cualquier actividad que disminuya el estrés ayuda a mejorar el aprendizaje. Lo mismo ocurre con la mayor oxigenación y flujo sanguíneo que entrega la actividad física. Maldonado dice que eso no sólo mejora la actividad cognitiva, sino también el estado general del cerebro, incluyendo mejoras a nivel perceptual y motor.
Amika Singh, una de las autoras del estudio, explicó a La Tercera que aunque el análisis no permite establecer qué dosis de ejercicios a la semana se necesitan para mejorar las notas o las habilidades cognitivas, los estudios revelan beneficios tanto en los chicos que iban a clubes deportivos como en aquellos que realizaban actividades físicas en sus casas o al aire libre.
En todo caso, una investigación anterior, realizada por el Departamento de Kinesiología, Epidemiología y Medicina Física y Rehabilitación de la Universidad Estatal de Michigan (EE.UU.) en 200 estudiantes de secundaria, cifró en un 10% el mejoramiento del rendimiento escolar cuando los adolescentes practicaban ejercicios físicos vigorosos, como fútbol o natación. En este caso, los progresos se vieron particularmente en asignaturas como matemáticas, ciencias, inglés y estudios sociales.

Fuente:www.latercera.com