Ahora que comenzó el verano una excelente alternativa para refrescarse y, a la vez, realizar ejercicios, es la natación. Esta actividad es una de las más completas y, la buena noticia, es que puede ser practicada por todas las personas, independiente de su edad.
El jefe de la Unidad de Medicina Física, Rehabilitación y Medicina Deportiva de Clínica Alemana, doctor Fernando González, explica que “este deporte es muy beneficioso ya que es poco traumático para las articulaciones, a diferencia de los ejercicios de contacto, donde existe interacción con otras personas o superficies, como el pasto o el piso”.
Otra ventaja, es que en el agua se requiere menor fuerza y energía para realizar este tipo de actividades. Esto se debe a que en ella las personas tienen menor peso y, por lo tanto, les cuesta menos movilizarse. La flotabilidad puede asistir numerosos movimientos, lo que adquiere gran valor en el tratamiento de pacientes que deben permanecer mucho tiempo en reposo o sin cargar peso.
¿Qué zonas del cuerpo se fortalecen?
El especialista destaca que principalmente se fortifica el tren superior del cuerpo, sobre todo la musculatura de los hombros y del tronco o columna. Además, se fortalecen las extremidades inferiores.
Independiente del sexo o edad, la mayoría de las personas que practica este deporte obtiene estas múltiples ventajas. Obviamente que el grado de los beneficios aumentará si se realiza a nivel competitivo, principalmente entre los 15 y 30 años.
Sin embargo, la natación no está exenta de lesiones. “La articulación que más sufre es el hombro. También se pueden generar alteraciones en el tronco y en las extremidades inferiores, además de tendinitis y bursitis, entre otros. Sin embargo, por lo general, éstas se producen cuando se practica con un nivel de exigencia mayor”, señala el doctor González.
¿A qué edad es bueno comenzar? Lo ideal es que se parta en la niñez, para que los pequeños le pierdan el miedo al agua y comiencen a nadar, primero como juego, y luego como un ejercicio continuo y con entrenamiento.
Ahora bien, cabe destacar que es distinto ejecutarla en la piscina que en el mar. Mientras que en la primera hay una menor concentración salina y, por esto, una menor flotabilidad, en la segunda hay más olas y es más fría, lo que dificulta su práctica.
Fuente: Clínica Alemana