20 de junio de 2013

Prevención y Rehabilitación del Cáncer mediante ejercicio Físico

Existe una fuerte evidencia epidemiológica que concluye que la realización de ejercicio físico de manera regular previene la mayor parte de los tipos de cáncer, aunque no están claros los mecanismos por lo que ocurre esta asociación. Por otra parte, también el ejercicio físico ha mostrado su utilidad en minimizar algunos de los efectos secundarios asociados a los tratamientos para combatir el cáncer, como fatiga, debilidad muscular, y descenso de la capacidad funcional, entre otros. Y por supuesto, el ejercicio también ha mostrado su utilidad en los supervivientes de cáncer, en la recuperación de la capacidad funcional. A pesar de todas las evidencias anteriores, no se conoce en profundidad la dosis específica de ejercicio necesaria para que la prevención sea eficaz, ni tampoco la prescripción más adecuada para el control de síntomas durante y después del tratamiento del cáncer.


Siempre me ha llamado la atención el grado de precisión que hemos llegado a alcanzar a la hora de estructurar programas de entrenamiento asociados al rendimiento (frecuencia, duración, intensidad…), y las profundas lagunas que aún tenemos cuando debemos prescribir ejercicio en el ámbito terapéutico. Espero y confío que los clínicos nos ayuden, apoyando el establecimiento de verdaderos equipos multidisciplinares, a poder ofrecer a los enfermos la máxima precisión en la dosificación del ejercicio como parte del tratamiento de muchas enfermedades.(J. López Chicharro)